Nafarroako Gobernua
Nafarroako ondarea / Patrimonio de Navarra / Heritage of Navarre

La Mariblanca

La Mariblanca

Con la llegada del siglo XVIII y las ideas modernizadoras de la Ilustración dio comienzo una nueva edad de oro en Pamplona, en la que se proyectaron el alcantarillado y pavimentado de calles y la traída de aguas desde Subiza. De este modo en 1788 el pintor madrileño Luis Paret y Alcázar (Madrid, 1747-1799) presentó al Ayuntamiento de la ciudad hasta seis bocetos de fuentes monumentales, de las cuales nos han llegado cinco.
El topónimo Taconera nace de la denominación popular en euskera de toda la zona que mirando desde la ciudad llamaba ‘ateetatik honera’ o ‘de las puertas hacia aquí’. Ya en el siglo XVIII el ayuntamiento plantó arboledas y colocó bancos en esta zona, lo que demuestra que para entonces era lugar habitual de recreo de la población. El parque fue tomando su forma actual a partir de 1800. Y aquí, escondida entre los árboles, junto al Café Vienés, descubrimos el rostro de Mariblanca. Fue diseñada por Luis Paret y Alcázar en 1778 y esculpida por el artista burgalés Luis San Martín en 1788. El 6 de junio de ese mismo año fue inaugurada en su emplazamiento de origen: la Plaza del Castillo de Pamplona.
En ella se alzaba la fuente más imponente de Pamplona, de unos 6 metros de alto. Su base cuadrada se alzaba entre 2 pilastras corintias, guirnaldas y grandes jarrones en cada uno de sus cuatro lados. Y sobre el cuerpo de la fuente reinaba este verdadero símbolo de la capital.
En 1909 se retiró la fuente para ser sustituida por un kiosco. En 1912 la escultura fue resituada en la Plaza de San Francisco, ya sin su base monumental, y en 1927 culminó su viaje hasta este emplazamiento actual.
Mariblanca es una representación de la beneficencia y la abundancia. Por eso a su vera aparece un pequeño niño que sostiene una paloma y un cuerno de la abundancia. Presenta todas las características del canon clásico en postura, pliegues de su túnica y en su propio gesto. Es, con toda seguridad, la escultura profana más bella de la ciudad.

Realizado por alumnado de la Ikastola San Fermin de Zizur Menor.