2017/06/05 | NIE

Ikastolas y medio ambiente

Celebramos la Jornada del Medio Ambiente entre grandes nubarrones que se ciernen estos días sobre el futuro del medio ambiente a nivel mundial (EEUU, China...). Ajenas a estos problemas, las ikastolas de Navarra, que pertenecen a la Red de Escuelas Sostenibles ESenRED, promovidas por iniciativa de administraciones públicas, apuestan de modo decidido por su conservación. Las ikastolas impulsan la educación para la sostenibilidad a través del aprendizaje y participación de toda la comunidad educativa (profesorado, alumnado, el personal no docente y las familias) promoviendo los valores de la sostenibilidad (ecológicos, económicos, sociales, culturales, de salud, de equidad, de justicia social...). Con una política ambiental propia, fomentan la participación democrática y la innovación curricular orientada hacia la sostenibilidad, desarrollando acciones en el centro y en su entorno cercano para lograr un futuro ecológico y social más sostenible. Los cambios que ofrece la educación ambiental en las escuelas son significativos; requieren una mezcla equilibrada de estímulo, apoyo y exigencia, además de una estrategia planificada para conseguirlos. ESenRED es una buena alternativa para integrar esfuerzos, recursos y planes conjuntos, para consolidar proyectos, intercambiar experiencias, fomentar sinergias, realizar proyectos en común y mantener relaciones con otras redes nacionales e internacionales.

Oinez Basoa es una iniciativa de la Federación Navarra de Ikastolas, un reto que camina por la senda del respeto y la protección del medio ambiente. Se enmarca dentro de las actividades programadas por el Nafarroa Oinez.

Hace más de tres décadas que se celebró la primera fiesta de las ikastolas en favor del euskera. Hace ya varios años, analizado el impacto medioambiental que producía su celebración, se consideró fundamental planificar la protección del territorio. Con el objetivo de minimizar la posible huella ecológica de la fiesta, en 2008 se puso en marcha el proyecto Oinez Basoa, que fomenta la recuperación de los bosques y la plantación de árboles en lugares señalados cada año. Terrenos de Arbizu acogieron la primera plantación. Desde entonces, se han creado otros cinco bosques, integrados en las zonas que los albergan: un bosque occidental en la comarca de Sakana; un bosque mediterráneo en la comarca de Tafalla; un bosque de Ribera en Tudela; dos bosques en la comarca Sangüesa: reforestación del antiguo vertedero y creación de un bosque comestible en el agro ecosistema local; el creado en Baztan, que acoge dos especies arbóreas protegidas: Loro y Carpe. Los bosques más jóvenes son los creados en la ribera del Ega, en Andosilla y Sartaguda. Partiendo de la idea primigenia de la plantación de bosques, el proyecto se ha ido desarrollando en función de los recursos que ofrece el entorno próximo a cada uno de ellos. Diversas acciones paralelas incrementan el valor de la iniciativa. A los 5.200 árboles que conforman el bosque de Arbizu, se ha sumado la creación de 2 balsas, con una doble finalidad: mejorar el hábitat para la rana ágil (especie protegida) y proporcionar zonas de descanso a las aves migratorias, en una zona de paso de cierta importancia.

En el bosque de Tafalla, que alberga 6.700 plantas, se está llevando a cabo un proyecto de investigación en colaboración con la UPNA. La monitorización del bosque arroja datos en torno al secuestro de carbono atmosférico y los beneficios medioambientales de Oinez Basoa. Los primeros informes positivos son una realidad. A través de la plantación de 3.000 plantas en el Soto de los Tetones de Tudela, un espacio inscrito en la Red Natura 2000, declarado Lugar de Importancia Comunitaria, se consiguió reforestar un espacio que durante 25 años estuvo destinado al cultivo intensivo de arroz. Este proyecto ha sido galardonado con una Mención Especial en el VIII Premio de Buenas Prácticas Medioambientales otorgado por el Gobierno de Navarra. La cuarta fase del proyecto abordó diferentes líneas de acción. Además de los dos bosques creados, la recuperación del antiguo vertedero local, con 3.000 plantas, y la creación de un bosque comestible a partir de 500 plantas más; se pretende fomentar la protección de especies ornitológicas, mediante la instalación de cajas-nido destinadas a pequeñas aves insectívoras, rapaces y murciélagos. En Baztan se plantaron 8.000 árboles, un árbol por habitante del valle, en una superficie de 8 hectáreas, recuperando el ancestral Minditze. Gracias a los relatos de aitatxis y amatxis locales se ha recopilado información valiosa del modo en que se gestionaba el entorno de forma sostenible en un pasado reciente. Nafarroa Oinez 2016 ha culminado su proyecto con la plantación de 5.000 árboles: 4.500 ejemplares de pino carrasco en Andosilla y 500 álamos, encinas, almeces y alisos en Sartaguda. Oinez Basoa ha hecho posible la plantación de unos 26.400 árboles en 5 bosques, 28,5 hectáreas reforestadas y lo más importante, se ha creado bosques pensados en la educación. La comunidad educativa de las ikastolas ha interiorizado la importancia del respeto al medio ambiente: trabajo de futuro, rayo de sol, entre nubarrones. Asegurar la pervivencia y transmisión del patrimonio natural sin comprometer los recursos y posibilidades de las generaciones futuras, respetando y utilizado los recursos de forma sostenible, es el principal reto de nuestra sociedad.

El autor es director de la Federación Navarra de Ikastolas

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