PAMPLONA - La cifra de alumnado extranjero en Navarra se asienta a la baja. Por ejemplo, en el curso 2014/2015, según se recoge en el último informe del Consejo Escolar, Navarra contó con unos 10.510 alumnos y alumnas foráneos, una cifra ligeramente superior a la del curso anterior (10.216), pero alejada, por ejemplo, de los 13.399 que hubo en el curso de 2011 a 2012. Desde diversos centros educativos atribuyen estos datos a que hay más personas nacionalizadas, al creciente alumnado de segunda generación y a la reducción de las familias que se asientan en Navarra por la crisis. Y, frente a ese descenso, lo que sí ha aumentado levemente es el porcentaje de ese alumnado que apuesta por escolarizarse en la red pública: el 83,71%. Eso supone que el 16,29% apuesta por la concertada, porque su presencia en la privada no concertada es testimonial.
Durante una exposición de estos datos por parte del Consejo Escolar ante el Parlamento, los grupos que apoyan al Ejecutivo hablaron de la necesidad de tomar medidas. Lo cierto es que esos porcentajes son similares a los de los últimos años y, también, a los que se producen en todo el Estado. Según el Ministerio de Educación, entre 2012 y 2013 el porcentaje de alumnado de origen inmigrante en la red pública navarra (82,8%) era ligeramente superior al de la media española (82,3%) y, en general, se situaba en un término medio, pero lejos de las cifras de la CAV, donde el 29,9% del alumnado extranjero en ese momento apostaba por la red concertada. En la CAV, por cierto, recientemente se ha debatido en el Parlamento Vasco sobre la preocupación por esta concentración en la red pública.
¿Por qué en Navarra la cifra es inferior y sigue reduciéndose? Más allá de la cuestión económica o al gasto, por ejemplo, en cuestiones como el vestuario, Iñaki Iraizoz, asesor jurídico de Escuelas Católicas, cree que las familias inmigrantes apuestan por la pública, entre otras cuestiones, porque su elección “depende de la oferta que haya en la zona”, porque hay municipios donde solo hay un centro público, las familias tienden a escolarizar a sus hijos e hijas allí donde lo hacen otras personas de su entorno más cercano, y porque también puede influir que el carácter católico de muchos colegios concertados no atraiga a familias con otra religión. En cualquier caso, insiste en que “la razón principal es la distribución por modelos, porque la mayoría del alumnado de este tipo opta por el modelo G (enseñanza en castellano) y apenas apuesta por el D (euskera con el castellano como asignatura)”.
Los datos del Observatorio Permanente de la Inmigración en Navarra, que ahora depende del departamento foral de Derechos Sociales, reflejan que, en el curso 2014/2015, casi el 73% optaba por el modelo G. El director de la Federación Navarra de Ikastolas, Josu Repáraz, explica que el alumnado inmigrante adoptado por familias nativas sí es más frecuente entre los 0 y los 3 años, pero más adelante no se produce ni en la red pública ni en la concertada porque aprender euskera se ve más como un “obstáculo” que como una oportunidad.
Los porcentajes de alumnado inmigrante y nativo en la red pública y concertada son un tema delicado, que a menudo evitan mencionar los propios centros. Desde los colegios públicos, hay personal que destaca la dificultad para contar con alumnado nativo al anunciar estos balances y desde los concertados, por su parte, defienden que los criterios de acceso a los centros están claros. Y, ahí, la libertad de elección de centro es clave.
Desde los estudios del Observatorio Permanente de la Inmigración en Navarra ya se advertía de esta tendencia y, en abril de 2011, este foro señaló que esta “concentración” del alumnado inmigrante no solo era en la red pública (un dato a seguir será la opción de las familias inmigrantes durante el próximo curso, porque, por el momento, el peso de la concertada ha aumentado en la prematrícula de niños y niñas de 3 años), sino en unos centros en particular.
CAMBIAR LA ZONIFICACIÓN Entonces, desde el observatorio se invitaba a reflexionar sobre el tema. ¿Puede un cambio en el baremo de acceso a los centros cambiar esta situación? El departamento foral de Educación ya anunció que, aunque en este próximo curso educativo 2016/2017 se mantendría el mismo baremo (que tiene en cuenta cuestiones como si otro hermano o hermana está matriculado en el centro, la proximidad del domicilio al centro, la renta per capita...), ahora se iniciaba el análisis para cambiar este sistema para el próximo. Este asunto, sensible y que generará debate, pretende servir para dejar claro, ante todo, que la proximidad de la casa de los alumnos y alumnas al centro debe ser el criterio predominante. La medida ya ha sido cuestionada desde equipos directivos de la red concertada en Pamplona, que recuerdan que una zonificación también genera situaciones “injustas”, al, por ejemplo, dejar fuera de una zona a familias que viven muy cerca de ella.
La federación de apymas Herrikoa es una de las entidades que apuesta por un cambio que priorice la escolarización “en el centro más cercano” al domicilio del alumnado. Su portavoz, Santiago Álvarez, pide una “oficina única de matriculación” y exige medios para avanzar hacia una Educación gratuita.
La reclamación es similar desde la red pública. Una directora de un centro de Pamplona pide un estudio de cada centro y más recursos. En cuanto a una modificación del baremo, afirma que cambiar esa zonificación en Pamplona es, en su opinión, un paso, pero otro sería, por ejemplo, que los recursos sociales no se concentren en algunos barrios, sino que haya una distribución por toda la ciudad. Este es otro debate pendiente y que no solo afecta a la Educación en Navarra.
ASOCIACIÓN SEI “Para estos chicos, todo es diferente” ¿Qué necesidades plantea el alumnado inmigrante?
Desde la asociación SEI, fundada en 1999 y que ofrece un servicio de acogida y acompañamiento a adolescentes que acaban de emigrar para reagruparse con sus familias en Navarra, explican que pueden ser jóvenes que conocen el idioma o no, con diferentes códigos culturales, y, a menudo, con una complicación emocional, porque sienten el “duelo migratorio” de verse lejos de su entorno. La coordinadora de la entidad, Maite Ziganda, detalla que la asociación atiende a entre 50 y 55 chicos y chicas, muchos de ellos procedentes de Sudamérica, pero también de China, Marruecos, Camerún, Bulgaria o Moldavia, entre otros países. El colectivo asiste a adolescentes de entre 12 y 17 años escolarizados (en torno al 71%, de la red pública, y un 29% de la concertada) y el objetivo de la asociación, que tiene lista de espera, es “crear espacios” para atender sus necesidades educativas y sociales.
El Post-it ¿Qué se entiende por alumnado inmigrante?
El presidente del Consejo Escolar, Aitor Etxarte, explica que este es un debate pendiente, porque ahora se trata de un tema más complejo que la llegada de personas extranjeras. También hay que decidir si se contabiliza como tal a segundas generaciones, a personas nacionalizadas, a estudiantes que han llegado a Navarra tras una adopción internacional, y a hijos o hijas de familias extranjeras de un entorno social acomodado pero que también viven en Navarra.